Despachar, guisar y servir

Estamos muy ogullosas de nuestro puesto, pero atender a los clientes que vienen a comprar es solo una parte de nuestro día a día. También guisamos y servimos producto, fresco y elaborado, para otros negocios.

Proveemos con producto fresco muchos restaurantes de Barcelona, como por ejemplo  Can Culleretes, Gaig, todos los del chef Carles Abellán, el Bodega 1900 y otros de Albert Adrià, Ca l’Isidre o La Bellvitja Brindisa, a cuyos propietarios conocimos en una de las salidas que los comerciantes de la Boqueria hicimos a Londres, donde tienen varios restaurantes. Y no nos olvidemos de un móntón de pequeños restaurantes del barrio, que vienen a comprar directamente al puesto.

De la radio al puesto

A veces los clientes nos llegan de la manera más curiosa. Una vez, el chef Sergi Arola hablaba de cocina en un programa de radio de la Ser, y contó que le gustaba mucho cocinar mollejas y que las compraba en el mejor puesto de casquería del mundo, el nuestro. Pues parece que dos señores diferentes que iban en coche en aquel momento con la radio puesta lo oyeron, y vinieron a comprar a nuestro puesto.

70 quilos de callos a la semana

Nuestra cocina no para. Cada semana guisamos unos 70 quilos de callos, los picantitos típicos. También los hacemos a la catalana, però menos, unos 15 quilos, porque tienen menos salida que los otros. Nuestra receta para los callos a la catalana va con tripa morena y un sofrito de cebolla, ajo, tomate, picada de almedras, avellanas, pan tostado, piñones y ajo, y los acompañamos con patatas. Indispensable llevarlos a la mesa con un buen allioli al lado.

Cuando nos decidimos a guisar, el primer plato que preparamos fueron los callos, que es el que la gente pide más. Pero siempre estamos pensando en nuevos platos. En este momento, lo más nuevo que tenemos es un rollito de carrillera y espinacas o setas, un mar y montaña de ‘capipota’ y gambas y la carrillera a la catalana, que va con ciruelas pasas, higos secos y orejones, pero sin picada. El truco para que sea sabrosa es un poquito de ratafia.

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