Hoy en dia no solo nosotras sinó la mayoría de tiendas venden la tripa ya límpia. Pero siempre está el cliente aprensivo, que la quiere aún más límpia. Pues puede hacer lo que hacían nuestras abuelas.
Primero se deberá ponerla en remojo un rato. Como ya está límpia, con una hora e ir cambiando el agua de vez en cuando es suficiente. Después se deberá ponerla otro rato en agua fría, con vinagre y sal, e ir cambiando el agua.
El paso siguiente es cepillarla, que os podéis ahorrar porque la tripa que vendemos hoy ya no tiene baba. Pero si sois muy escrupulosos, deberéis cepillarla por las dos caras y volverla a lavar con agua fresca.
Tanto si la cepillais como si no, después se debe escaldar, de 6 a 8 minutos, escurrir y volverla a lavar con agua fresca. Y, ahora sí, ya está a punto para cortarla. Primero a tiras y luego a trozos. Y a la olla.
Si usáis una olla rápida, con una hora y media será suficiente para que quede al punto y la podáis añadir al guiso.